El gobierno, por fin, se ha
decidido a ampliar, una vez más, el plazo para asistir a quienes, tras perder
la prestación por desempleo, no perciben ingreso alguno y están por tanto
condenados a acudir a la caridad, a los contenedores de basura, al delito o a morir de hambre.
El gobierno, como es habitual, ha
solucionado el problema de un modo siniestro. Empezó anunciando que no solo no
iba a suprimir la “prestación” sino que iba a aumentarla para “quienes
realmente la necesitan”. La desvergüenza ilimitada de esta pandilla se
manifestó, una vez más, con toda su crudeza. Mientras vanamente trataban de ganarse
el reconocimiento de la sociedad anunciando, en una repugnante operación de
marketing, que se pretendía mejorar la prestación, nos iban preparando para lo
que había de venir. Y lo que había de venir ha llegado hoy: solo percibirán la
prestación quienes no convivan con sus padres y/o ABUELOS, o si conviviendo, la renta individual no supera los 481 euros mensuales. Así, parece que podríamos con que un pensionista que perciba la pensión media (948 euros) y tenga que
mantener a su mujer en grave situación de dependencia, a su hijo divorciado, en
paro, sin cobertura por desempleo y sin este subsidio, dejará a su nieto, también,
desde hoy, sin derecho a esta ayuda (salvo que se vaya a vivir a una estación del metro) porque para el gobierno de este país con los 948 euros del abuelo ya tienen bastante. Cuando el invento se publique en el BOE veremos como termina la cosa.
Es la implantación del “utilitarismo”. Solo aquel que resulta útil merece la atención de la sociedad, el resto sobra.
Rajoy y su gobierno acaban de resucitar a Malthus y su odioso Banquete de la
Naturaleza. Una vez más quiero recordar al diabólico clérigo y sus execrables
palabras:
“Un hombre que nace en un mundo
que ya ha sido apropiado por otros, si no puede lograr
de sus padres su
subsistencia, a quienes justamente puede demandársela, y si
la sociedad no requiere su trabajo, no puede pretender derecho alguno ni a la menor porción de
alimentos y, de hecho, no tiene por qué estar donde está. En el opulento banquete de la Naturaleza no hay un cubierto dispuesto para él. La Naturaleza le ordena que
se vaya y no tardará en ejecutar ella misma su propia orden, si ese hombre no
logra compasión de alguno de los invitados. Si estos se levantan y le dejan
sitio, acudirán enseguida otros intrusos pidiendo el mismo favor. La noticia de
una provisión para todo el que acuda llenará la sala con numerosos
pretendientes. El orden y la
armonía del banquete desaparecerán,
la abundancia que antes reinaba se convierte en escasez; y la felicidad de los
invitados es destruida ante el
espectáculo de miseria y desamparo en
cualquier punto de la sala
y la clamorosa
impertinencia de quienes están
con justicia indignados por no encontrar la provisión que se les acostumbró a
esperar”.
Por favor, que alguien le lea esto a Rajoy.