domingo, 29 de julio de 2012

PERRO NO COME PERRO – STANDARD & POORS MANTIENE AL REINO UNIDO EN EL PARAISO


ElEconomista.es publica hoy un artículo según el cual la agencia de calificación de riesgos Standard & Poors acaba de mantener la máxima nota, AAA con perspectiva estable, a la deuda soberana del Reino Unido.

Hace unos días su colega Moody,s revisaba la calificación de Alemania y, si bien mantenía la nota del país en AAA, rebajaba su perspectiva de estable a negativa. La noticia puede leerse aquí http://www.expansion.com/2012/07/23/mercados/1343078875.html?a=c0e73b95e6abfa6d62bc4a59a688655a&t=1343469895

La decisión de S&P, según informa elEconomista.es se apoya, entre otras pocas cosas, en la “flexibilidad“ de la política fiscal británica y en su convencimiento de que el Reino Unida saldrá de la recesión en la que está instalado desde hace más de un año (con la salvedad del tercer trimestre de 2011) a lo largo del segundo semestre de este año. Eso es mojarse, sí señor, sobre todo teniendo en cuenta que en junio el PIB británico se ha contraído por tercer trimestre consecutivo en un 0,7% (el doble con respecto a la caída media de los  dos trimestres anteriores).

Moody’s por su parte, parece muy preocupado sobre el efecto que pudiera producir en la economía alemana  “la creciente incertidumbre” que la crisis de deuda está imponiendo sobre Eurolandia y, muy especialmente, del impacto de las deudas soberanas de España e Italia  sobre la banca alemana. Para empezar a  hablar un diario alemán (Süddeutsche Zeitung) publica hoy que el BCE está pensando en comprar deuda española a entidades financieras y otros inversores privados, lo que no dice es la nacionalidad de los actuales tenedores de los títulos. Yo, que soy desconfiado de natural, estaba pensando - ¡comprar deuda española a entidades financieras alemanas, que tíos, que idea! Supongo yo que el diario alemán se referirá al mercado secundario pero, como ya es sabido, "tu dices tomate, yo digo rescate". Es la fuerza de las palabras.

Al parecer ambas agencias están de acuerdo. Standard & Poors prima las medidas “no convencionales” (compras masivas y directas  de deuda estatal por parte del Bank of England) y Moody’s penaliza la falta de acción del BCE en esa materia (o más bien las consecuencias de esa falta de acción).

Sin embargo, a mi me parece muy discutible el rating asignado a la deuda soberana británica. Las cifras comparadas de ambas economías no parecen justificar ninguna de las dos actuaciones recientes de las calificadoras norteamericanas y causa especial sorpresa el mantenimiento de calificación y de perspectiva otorgado a la deuda del Reino Unido y, además, su fundamentación es, en mi opinión, escandalosa. Parece como si alguien hubiera hecho sonar el timbre de alarma – chicos con la City no se juega – o sea, algo así como que llegó el comandante y mandó a parar. Dicho de otro modo, “perro no come perro”, que es el título de esta entrada.

Estos son los números que he seleccionado de Eurostat:

En los tiempos que corren, y a la luz de estos números,  mantener en el máximo grado la  calificación de la deuda soberana del Reino Unido a la vez que se rebaja la perspectiva y se pone bajo vigilancia  la deuda alemana (cuando los inversores están dispuestos a pagar para que Merkel les cuide su dinero), al margen del ya manido conflicto de intereses entre estas compañías calificadoras y los más sonados fondos de inversión que son sus principales accionistas, solo se explica por la falta de igualdad de armas. Nuestro banco central es un juguete de porcelana mientras el británico está al servicio de los ciudadanos, lo sabe y actúa.

El banquero de Eurolandia se enfrenta a la especulación de los mercados sin amparo legal y bajo la mayor presión política (de los unos y los otros). Los cifras de la economía alemana sencillamente no son comparables con las británicas que, a su vez, están mucho más cerca de las españolas (en muchas cosas están bastante peor) si hacemos abstracción del mercado laboral (delicado asunto). La cuestión es que para S&P la calidad crediticia de la deuda británica es inmejorable mientras que la española (BBB+) es de las peores de las aceptables, ocupamos el penúltimo lugar del grado de inversión (lugar 9 de su escala no especulativa, modulada en 10 grados) y con perspectivas de empeorar. La pregunta es ¿y eso por qué? La respuesta es sencilla (para un inglés y para S&P) porque nosotros -dicen los británicos - tenemos una imprenta especializada en libras esterlinas y ustedes no tienen una equivalente para la divisa esa de nombre tan ridículo que utilizan.

Como colofón de todo esto el bono a 10 años del Reino Unido cotiza a una rentabilidad del 1,57%, mientras que al bono español a ese plazo se le está exigiendo, ahora mismo, una rentabilidad del 6,756% Las primas asociadas a estas rentabilidades con respecto al bono alemán a diez años se sitúan en 14 y  534, 3 puntos básicos, respectivamente ¿Esto es razonable? Yo no lo sé (no lo creo) pero es lo que tiene disponer de un banco central como es debido (o de una unión política y fiscal). Hay que tener en cuenta que la deuda británica a diciembre del pasado año ascendía a 1,54 billones de euros (85,7% de su PIB, 1,75 billones) y la española a 0,73 billones (68,5% del PIB nacional, 1,07 billones), pues bien, a pesar de la diferencia de volumen, la carga por intereses seguramente resultará muy inferior para los contribuyentes británicos que la nuestra para todos nosotros. Ya se sabe, cosas de la flema británica que ante una borrasca desconocida hasta entonces sobre las islas británicas, la BBC en sus partes meteorológicos terminaban diciendo – ladies and gentlemen,  ustedes deben saber que el Continente está aislado-.

FUENTE: Eurostat, siguientes enlaces
PIB per capita en PPC (paridad de poder de compra)
Tasa de variación trimestral del PIB
Evolución del saldo de la balanza por cuenta corriente
Evolución del déficit público
Evolucion de la Deuda Pública
Índice de precios al consumo armonizados  
Tasa de desempleo armonizada


miércoles, 11 de julio de 2012

LOS ESPAÑOLES ESTAMOS JODIDOS (CON PERDON)



Vaya  líderes y vaya socios que tenemos. Cuando Sir Winston Churchill dijo aquello de que “tienen los líderes que se merecen” no hacía otra cosa que no fuera propaganda de guerra. Lo cierto es que este país nuestro no se merece a sus líderes. Más bien nuestros líderes no se merecen a estos ciudadanos.

Esta mañana, una minera asturiana me ha hecho soltar una lágrima. Era la impotencia, la desesperación pero también la constatación de que hay gente aquí que nos hace reconciliarnos con el género humano.

Este gobierno, o lo que sea, va a conseguir, al fin, que los españoles abandonen España a oleadas, como en los viejos tiempos. Son peor que los hutus con los tutsis, al menos esos los mataban a machetazos. Dicen que en cien días asesinaron a un millón de personas, por cierto, con la bendición de la iglesia católica oficial. Calcúlense los muertos por minuto, es tan terrible que indicar la cifra me parece una grosería. A nosotros no nos pasan a cuchillo pero nos roban la esperanza y eso es una de las peores cosas que se puede hacer con la gente.

Ese personaje insufrible que atiende por Montoro y al que para desgracia del pueblo “soberano” (mierda) otro impresentable ha nombrado ministro de la Hacienda Pública. Ese tipejo que coreando a su jefe hacía chistes con la subida de los impuestos indirectos – van a subir los impuestos de “los” (¿será posible?) chuches  - dice que si todos pagarán el IVA no sería necesario subirlo “tanto”. ¿Se puede saber a qué coño esperamos para echar de España a esta gentuza? Este inepto acaba de reconocer públicamente que no es capaz de combatir el fraude (por no hablar de cómo trata a los defraudadores) y, en consecuencia, tiene que aumentar la tributación de los ciudadanos honrados para compensar su propia incapacidad.

 El ministro de Economía, auténtico vendedor de humo, se ufana de los éxitos conseguidos en su negociación con los mandamases europeos como si las condiciones asociadas a su egolatría no afectaran al conjunto de los ciudadanos.

La extraviada que dirige el Ministerio de Empleo  y Seguridad Social, quiere compatibilizar la pensión con el trabajo a tiempo parcial (como ya estás mayor trabaja menos pero trabaja para que el Estado se ahorre tu pensión, aunque te la hayas ganado de sobra).

Ese otro muñeco de feria que se encarga de la Industria (¿que industria?), el Comercio y el Turismo dice que no piensa recibir a los mineros que vienen a visitarle y que no tiene nada que hablar con ellos.

El patoso que lleva las cosas de la Justicia ha conseguido que hasta el Consejo General del Poder Judicial se ponga en guardia contra sus maquinaciones, un tipo que endeudó hasta las cejas a todos los madrileños fue nombrado Ministro de Justicia. Pudiera haber sido peor, habrían podido nombrarle ministro de economía o de hacienda (¿Por qué coño habrán separado esto? En el mundo civilizado se llama Ministerio de Finanzas), aunque bien pensado entre los tres no sé muy bien con quién quedarme para hacerlo mal.

Por si esto fuera poco ahí está el señor Ministro de Educación, un frívolo acostumbrado a participar en las tertulias más cutres de la telebasura. A este individuo desagradable se le ha encargado la educación de nuestros hijos, o sea el futuro de España, manda huevos.

Menos mal que tenemos al señor Ministro de Asuntos Exteriores poniendo firmes a la señora Merkel  y al señor Draghi. Hay que reconocer que es un buen compañero pero me temo que como defensor de la marca España no va a pasar a la historia. Su jefe prometió a los españoles que con él España volvería a ser escuchada y nos han echado del BCE y del futuro MEDE. Los argentinos nos roban la cartera (¿con razón?) y los franceses nos hacen guiñoles. Joer machi que pasada, de victoria en victoria hasta la derrota final.

Yo quiero vivir en la España que sugiere esa minera no en la que nos quiere imponer esta pandilla de canallas.

miércoles, 4 de julio de 2012

EL CASO BARCLAYS NO ES UNA EXCEPCIÓN


Hoy elEconomista.es publica un artículo en relación con el “affaire” Barclays Bank que empieza con una cita de su Consejero Delegado recién dimitido en la que, con motivo de un discurso en el que analizaba las consecuencias de las hipotecas basura, decía “para recuperar la confianza diezmada por los acontecimientos de los tres últimos años es necesario que los bancos sean mejores ciudadanos”

Mejores ciudadanos, eso es, mejores ciudadanos. Las empresas en general y los bancos en particular son personas, personas jurídicas pero personas. Así se lo reconoce la legislación de todos los países a lo largo y ancho del planeta pero son personas jurídicas de responsabilidad limitada.

Hace tiempo encontré en youtube este documental que ganó un premio en el festival de Sundance http://www.youtube.com/watch?v=Bkr-paaAYJ8. En él se describe durante casi tres horas la responsabilidad de la actividad de las corporaciones y el modo en el que la afrontan o la eluden. Se titula The Corporation, está en castellano y vale la pena verlo.

En la primera parte, que dura alrededor de una hora, se somete a “La Corporación” a un test de la Organización Mundial de la Salud (Personality Diagnostic Checklist – World Health Organization  ICD-10 – Manual of Mental Disorders DSM-IV). La conclusión a la que se llega es que “La Corporación” encaja como un guante en la caracterización del perfil de un psicópata. Según se explica en el documental, la cosa  sería más o menos así:

  1.   Cruel indiferencia por los sentimientos de los demás. Los trabajadores de Nike en la Republica Dominicana disponen de 6,6 minutos para hacer una camiseta, Nike paga 70 céntimos de dólar a la hora por lo que la mano de obra que incorpora la camiseta en cuestión le cuesta 8 céntimos lo que representa un 0,3% del precio de venta
  2.  Incapacidad para mantener relaciones duraderas. Cuando los salarios empiezan a subir, porque la gente ya no está tan desesperada, cierran la fábrica y se instalan en otro país donde la mano de obra todavía se mantiene a los niveles requeridos porque la gente allí todavía está desesperada y los gobiernos priman con amplísimos incentivos fiscales la instalación de todo tipo de industrias porque de otro modo es incapaz de alimentar a su población.
  3.  Temerario desprecio por la seguridad de los demás. La descomposición de la molécula del petróleo ha llenado el planeta de nuevos productos sintéticos: tejidos, neumáticos, insecticidas, herbicidas, cosméticos, etc.  con efectos desconocidos (cada vez menos) para la salud humana y medioambiental.
  4.  Falsedad: mentir y engañar descaradamente a los demás para conseguir un beneficio. Monsanto conocía los efectos de sus inventos en la salud animal y humana y, además de trivializarlos, su publicidad incitaba a inyectar a las vacas con sus productos tóxicos (RBGH-Posilac) para aumentar la producción de leche – seguro que querrá  inyectar Posilac a todas las vacas que pueda… ya que cada  vaca que no trate  será una oportunidad de beneficio perdida – decían. La hormona inyectada produce mastitis y al ordeñar a la vaca el pus de las ubres pasa a la leche y desde ahí a todos nosotros, especialmente a los niños y además los antibióticos con los que tratan a los animales contra ese tipo de infecciones pasan a las personas con los consiguientes efectos inmunizantes para usted, para mí y para quien pase por allí. Si consumimos productos derivados de animales tratados con los inventos de Monsanto más vale que no contraigamos una enfermedad que deba ser tratada con antibióticos.
  5.  Incapacidad de sentirse culpables. Cuando alguna de estas compañías (Monsanto en Vietnam, Union Carbide en la India, la industria tabaquera en USA, etc. etc.), son demandadas ante los tribunales,  llegan a acuerdos extrajudiciales que les permitan no reconocer su culpa en los hechos denunciados. El gobierno argentino dice que la factura por la nacionalización de YPF debe incorporar los costes de reposición por los daños medioambientales producidos por la explotación de los pozos petrolíferos, veremos lo que resulta de las resoluciones arbitrales internacionales que, a buen seguro, intervendrán en el asunto pero es evidente que esas externalidades no deberían recaer sobre los contribuyentes argentinos.
  6. Incapacidad para ajustarse a las normas sociales relacionadas con el cumplimiento de las leyes. Para una corporación cumplir la ley o no hacerlo es una decisión estratégica. Si el cumplimiento de la ley implica incurrir en unos costes superiores a la sanción asociada a no hacerlo, sencillamente se saltarán las normas porque la maximización del beneficio es, también en este aspecto, un objetivo determinante. Son legión las empresas sancionadas por daños medioambientales, maquinación para alterar el precio de las cosas, delito fiscal, etc., pero ello no altera un ápice sus políticas empresariales.


Como consecuencia de todo lo anterior se cierra esta primera parte del documental con el testimonio del Dr. Robert Hare (presentado como el mayor experto mundial en psicopatías) con la siguiente afirmación “la corporación tiene el perfil prototípico del psicópata” y los realizadores se plantean la siguiente pregunta “¿si la institución dominante de nuestro tiempo ha sido creada a imagen de un psicópata quién tendrá la responsabilidad moral de sus acciones?”. Interesante pregunta que sin duda debió  inspirar al Consejero Delegado de Barclays Bank cuando afirmaba que “es necesario que los bancos sean  mejores ciudadanos”, obsérvese que no dijo  -hagamos que los bancos que gestionamos sean mejores ciudadanos – al parecer la cosa no iba con él, no se sentía comprometido con ello, ni siquiera involucrado (que como todo el mundo sabe es algo bien distinto).

En efecto, los bancos y la mayor parte de las grandes corporaciones multinacionales deben ser mejores ciudadanos. Si, por su conveniencia, les hemos reconocido como personas (aunque hayamos añadido lo de jurídicas) deberían  comportarse como tales.